Escultor de las imágenes de nuestro titular, JESÚS NAZARENO, y de Nuestra Señora de la Soledad.
En noviembre de 2019 se cumplirá el segundo centenario del nacimiento de este insigne escultor ponferradino. Como punto de partida para la celebración de este aniversario, que debe ocupar un lugar destacado en la vida de nuestra Hermandad, publicamos este breve resumen de los artículos publicados en números anteriores a esta, nuestra revista, y en los que ya reseñábamos la historia de ambas imágenes y los datos biográficos que, en los últimos años, hemos ido obteniendo sobre Manuel Félix López.
El primer dato que tenemos de nuestro escultor hace referencia a su nacimiento. En el libro de bautismos de la época del Archivo Parroquial de Ntra. Sra. de la Encina podemos leer:
“Manuel Félix hijo de Lázaro López y Francisca Morán. En la Iglesia Parroquial de Sta. María de la Encina de esta villa de Ponferrada el día veinte y un de Noviembre de mil ochocientos diez y nueve yo el infrascrito Prebendado y Vicario en vacante de la citada Parroquia bauticé solemnemente a un niño que nació el día veinte del mismo mes. Llamose Manuel Félix hijo legítimo de Lázaro López y su mujer Francisca Morán y Manuela Martínez, todos de esta vecindad. Fue padrino Manuel Pérez a quién advertí el parentesco espiritual y demás obligaciones. Y lo firmo José Balboa”
En noviembre de 2019 se cumplirá el segundo centenario del nacimiento de este insigne escultor ponferradino. Como punto de partida para la celebración de este aniversario, que debe ocupar un lugar destacado en la vida de nuestra Hermandad, publicamos este breve resumen de los artículos publicados en números anteriores a esta, nuestra revista, y en los que ya reseñábamos la historia de ambas imágenes y los datos biográficos que, en los últimos años, hemos ido obteniendo sobre Manuel Félix López.
Otras referencias importantes las encontramos en el antiguo libro de la Hermandad. En el acta de la Junta de Oficio de la Hermandad, lo que hoy conocemos como Junta de Gobierno, el 21 de febrero de 1852 podemos leer: “Don Isidro Rueda propuso que, necesitando la Hermandad una buena efigie de Nuestra Señora de Dolores y residiendo en Madrid el escultor don Manuel Félix López, hijo de este pueblo, era de opinión que, aun a costa de cualquier sacrificio, se le encargara la efigie. Tomada en consideración se acordó comisionar al señor Valdés, para que le escribiera y pida noticias sobre su coste.” En una nueva reunión de dicha junta, celebrada el 13 de marzo del mismo año, el señor Valdés leyó una carta del escultor: “el coste de la imagen, computados todos los gastos, ascendería a cuatro mil reales poco más o menos”, y la junta decidió: “habida consideración a la necesidad que tiene la cofradía de una buena imagen, a la circunstancia de ser el escultor hijo de esta villa, y al crédito que goza en su arte, se acordó por unanimidad encargar la imagen”.
Cuando se recibió la nueva imagen los cofrades quedaron gratamente impresionados y enseguida tomaron una nueva y valiente decisión: “la mala escultura del Jesús aparece hoy peor, al lado de la nueva imagen de Nuestra Señora de los Dolores. Esta causa, la circunstancia de ser el escultor hijo de esta villa, la de haber remitido una obra que tanto satisfizo a la Hermandad […] hacen necesario un nuevo sacrificio para completar el trabajo de años anteriores. […] A este fin acordó dar comisión a los señores capellán y mayordomo para que remitan al escultor don Manuel Félix López, la imagen del Jesús, con el objetivo de que la reforme, si tiene compostura; de que utilice lo que, a su juicio, pueda servir; o, en su caso, que la haga nueva y en actitud de llevar la cruz a cuestas”. Aunque le enviaron la imagen vieja, tal y como habían acordado, esta no tenía arreglo y al final fue necesario afrontar el proyecto de realizar una completamente nueva. En la primavera de 1855 llegó la nueva imagen de nuestro titular JESÚS NAZARENO que fue bendecida solemnemente dl día primero de abril y que ya presidió la procesión del Encuentro del Viernes Santo de ese mismo año. Tanta fue la satisfacción de los cofrades con estas nuevas tallas que al final de la procesión, por aclamación popular, Manuel Félix López fue inscrito como hermano sin tener que pagar cuotas, lo que hoy sería un hermano de honor.
¿Qué más obras conocemos sobre el escultor?
En el número 28 de la revista “La Ilustración Católica” (Madrid 5 de octubre de 1887). Se publica un artículo titulado “EL ARTE RELIGIOSO” que es continuación de otros publicados en números anteriores. Este artículo es una relación alfabética de los artistas de la época dedicados al arte religioso y en esta lista se cita: “D. MANUEL FÉLIX LÓPEZ, escultor natural de Ponferrada (León) y discípulo en Madrid de D. Francisco Pérez. Concurrió a la Exposición Nacional 1871 con un bajo-relieve representando la Conversión de San Pablo”. Pues sí, al entrar a la Iglesia de San Andrés, nos fijamos en la pared lateral izquierda del Altar Mayor, podemos contemplar un bajo-relieve que representa “la Conversión de San Pablo”. Aunque por el momento no tenemos más datos al respecto, bien podemos aventurarnos a relacionar este bajorelieve con el presentado por Manuel Félix a la citada Exposición Nacional, atribuyéndose su autoría.
De todos modos, es en otro tipo de escultura donde volvemos a encontrar obras suyas. Curiosamente es en el mundo de la docencia y de la medicina. Un insigne doctor de la época, D. Pedro González Velasco, consiguió que el Gobierno de la Nación aprobara la realización de una serie de esculturas que representaran modelos anatómicos, y que fueran distribuidas por las facultades de medicina de todo el país para mejorar la formación anatómica de los futuros médicos. En el libro “Reseña histórica de los trabajos anatómicos del doctor don Pedro González Velasco” (Madrid 1864) el propio doctor nos relata como realizó dicho proyecto: “Procuré dar impulso a mis vaciados, valiéndome de una persona competente. Destiné un departamento de mi casa para la escultura anatómica encargada al distinguido y modesto artista don Manuel Félix López, la pintura a los Sres. D. Manuel Gómez y Don Manuel González, proponiéndome hacer todo género de esfuerzos y dispendios a fin de volver a dar vida a la escultura anatómica”.
De estas esculturas anatómicas se conservan algunas ejemplares, en concreto tenemos localizadas varias en las facultades de Santiago de Compostela y de Granada.
Antes de concluir esta reseña no podemos olvidar que también se atribuye a nuestro escultor la imagen de la Verónica de la Venerable Orden Tercera de Villafranca. A falta de poder profundizar en la investigación sobre la historia de dicha talla, la observación de la fisionomía de la misma bien nos permite poder aceptar dicha atribución.
En próximos meses de este año 2019 esperamos poder confirmar la programación de algún acto conmemorativo de este segundo centenario del que os informaremos puntualmente.